EL BIOCOMERCIO Y LOS MERCADOS VERDES: UNA APROXIMACIÓN CONCEPTUAL Y SU RELACIÓN CON LOS NEGOCIOS VERDES
José Fredys Rivas Quinto
Consultor
Negocios Verdes
Resumen
Las
iniciativas relativas a la generación de bienes y servicios amigables con el ambiente
han generado un cúmulo de actividades cuyos nombres a veces mueven a confusión
en el argot popular, en los espacios académicos y en los círculos de negocios.
Fundamentalmente debe entenderse que cuando nos referimos a mercados verdes, no
nos estamos refiriendo a un producto, sino a consumidores, a espacios, escenarios
y a las relaciones de oferta y demanda movidos por una preferencia ambiental o
permeados por un atributo ambiental.
La
referencia a Biocomercio, apunta a una actividad productiva basada en el uso,
aprovechamiento y comercialización de productos derivados de la biodiversidad,
sin importar los atributos de buen desempeño ambiental; la carga significante
de sostenible, viene dada con la aplicación de criterios de sostenibilidad y
entonces, pasa a denominarse Biocomercio Sostenible, lo cual involucra
atributos de desempeño ambiental. Resultado clave entender estos conceptos en
el marco de los negocios verdes.
Palabras
claves: Mercados verdes, negocios verdes, sostenible, Biocomercio, bionegocios,
consumidores, tecnologías verdes.
1.
Introducción
Los
negocios verdes son la nueva forma de intercambio de bienes y servicios que
está tomando los mercados mundiales. No hay duda que su evolución en los
últimos 20 años nos habla de una poderosa fuerza motriz que los empuja más allá
de los negocios tradicionales. Los mercados han
sido
permeados por lo verde; esta es la ola más grande de negocios en la historia,
se aproximación un inundación de productos verdes al mercado mundial.
En la actualidad los
negocios de las exigencias ambientales como lo llaman algunos analistas (Harry
Clark, 2007), los negocios amigables con el ambiente, los negocios de la
valoración y aprovechamiento sostenible de la biodiversidad y los ecoproductos
industriales han recorrido un camino con resultados tan asombrosos que
analistas como Asumadu Kwame (1998) no dudan en denominarlos la industria más
importante del Siglo XXI. Otros como el analista Gianni López, (2002) nos
comentan: “ Los líderes de las grandes
corporaciones globales coinciden en que los retos más importantes que tendrán
que enfrentar durante el presente milenio estarán asociados a la sostenibilidad
ambiental. Así mismo, muchos analistas predicen una revolución de recursos,
donde la eficiencia financiera no será en único indicador de progreso de las
Naciones del Mundo y el criterio de efectividad de las economías no será
determinado por las bolsas de valores o las reservas monetarias, sino por la
calidad de su capital natural ” (Gianni López, 2002).
Ante el imperativo de desarrollar negocios amigables con
el ambiente, reviste gran importancia considerar el tema del Biocomercio
sostenible, puesto que trata directamente con la base natural en que sustenta
la vida; a saber el comercio de bienes y servicios derivados de la
biodiversidad.
Este
documento pretende hacer una aproximación al Biocomercio sostenible, en tanto
que explora el mercado al cual van los productos derivados del Biocomercio
sostenible, dicho mercado se conoce como Mercado Verde. Sin embargo, es preciso
anotar que los mercados verdes van más allá de ser espacios de comercialización
de productos del Biocomercio, y abarcan otras categorías de los negocios
verdes, como son los ecoproductos
industriales. Por ello también, el documento hace una aproximación conceptual
lo más ponderada posible al tema de los Mercados Verdes.
2. MERCADOS VERDES
2.1.
El concepto de mercado
Connotación
1 Mercado Plaza. El mercado puede
entenderse como plaza, es decir, el espacio donde consumidores y oferentes
interactúan para satisfacer sus necesidades. Es una definición primaria de
mercado, por ello decimos “vamos al mercado a comprar”, es decir vamos al
espacio
donde
se pueden conseguir los productos. En este caso, es posible ir al mercado y no
conseguir un producto, puesto que el mercado es espacio donde se vende.
Connotación
2. Mercado como sociedad en general:
Este concepto indica que el mercado es la sociedad, con sus organizaciones,
empresas y personas en general, que demandan bienes y servicios. El mercado
aquí se entiende como el conglomerado social.
Connotación
3. Mercado persona. Otra connotación
más específica sugiere que el mercado son las personas a las cuales va dirigido
un producto. Por ejemplo el caso del mercado financiero. En el cual los
compradores/clientes acudimos a adquirir un producto; nosotros somos el
mercado.
2.2. El concepto de lo verde
Lo verde
se refiere a aquello que es amigable con el ambiente y la salud humana,el
termino se refiere al pigmento de las plantas, lo cual evidencia su estado
saludable de la condición natural, de ese modo cuando el común de las plantas
conservan su pigmentación verde (clorofila), están naturalmente bien, de hecho
la primera afectación que sufren las plantas al ser dañadas y deterioradas es
perder la coloración verde. Por ello verde es sinónimo de vida, de lo natural.
Cuando lo verde no está las plantas en general se secan.
Verde es una condición de los seres de natura, pero la carga
significante de verde, también se aplica proactivamente para denotar a aquello
que hace posible y facilita la conservación de la condición verde de las cosas
naturales, es decir la vida; de esa manera si una tecnología hace posible que
un bosque mejore su funcionalidad esta tecnología es verde, si una tecnología
evita el vertimiento de residuos sólidos que dañan cuerpos de agua y con ello
todo el equilibrio de natura, entonces dicha tecnología es verde. Si un
producto ayuda a conservar los humedales donde florece la vida, nacen, crecen y
se desarrollan seres, ese producto es verde.
Todos los bienes y servicios etiquetados bajo el concepto de la amistad
con el ambiente, se les atribuye la categoría de verdes.
2.3. Aplicando el concepto de mercados verdes
Mercados
verdes en la connotación inicial es un escenario virtual o real donde se dan
citan compradores y vendedores de un bien/servicio con atributos verdes para
transarlo. La condición de verde la tiene el sitio, pero en virtud de los
productos que allí se venden, si los productos no fueran verde, solo podría
llamarse mercado o plaza de mercado, de hecho en algunos países se realizan
eventos conocidos como Plazas de Mercados Verdes.
Tomemos
como referente el mercado financiero. En lo que respecta a dicho mercado, es
preciso indicar que estos se componen de un mercado bursátil –o mercado de
capitales a largo plazo- (las Bolsas
de cada país), de un mercado monetario
y de un mercado de cambios
– o mercado de
capitales a corto y medio plazo-, de un mercado de tasas de interés, de un
mercado de materias primas y de un mercado de productos derivados.
Cuando
decimos que una empresa va a poner sus acciones en el mercado bursátil, nos
referimos a que las acciones de dicha empresas serán puestas al alcance de
compradores que tienen conciencia y claridad bursátil para adquirir acciones,
en tal sentido, ellos son los destinatarios
de productos financieros en este caso bursátil. Por comparación, esa es nuestra
percepción cuando decimos mercados verdes, en sentido de entender que el
mercado es el conglomerado al cual va dirigido el producto (consumidores con
conciencia de lo verde.)
El
mercado verde se refiere a los consumidores con conciencia ambiental (verde)
que adquieren productos verdes. Este tipo de consumidores constituyen el
mercado al cual van dirigidos los bienes y servicios con atributos ambientales.
Por ello se llaman mercado verde, pero al haber tantos productos verdes,
también hay diversos consumidores o mercados verdes. Es decir, mercados verdes
se llaman a los destinatarios de productos verdes.
Es
pertinente anotar que en los mercados verdes se transan cualquier producto cuya
amistad con el ambiente sea evidente, no importa si su origen es de la
biodiversidad o de fuentes tecnológicas
propiamente dicha (tecnologías verdes) puede tratarse de productos que
mejoren la eficiencia ambiental, y en tal caso aplican para ser considerados
productos verdes, con opción de comercializarse en un mercado verde, entiéndase
el grupo de consumidores destinatario de dichos productos.
El
mercado también puede analizarse como una abstracción que resulta de analizar
la dinámica de oferta y demanda, en esta connotación entendemos mercados verdes
como evento de interacción de actuales y
potenciales
productores y consumidores de bienes y servicios que tienen algún atributo
ambiental (Léase verde). De esa manera mercados verdes vendría siendo una
dinámica de intercambio de bienes y servicios con ventaja ambiental.
Bajo
esta interpretación, “el mercado financiero” por ejemplo no serían los
vendedores de acciones ni los compradores en particular, sino que estos serían
operadores del mercado, y en esencia el mercado sería una abstracción que se
forman únicamente cuando interactúan oferta y demanda, es decir esa dinámica es
la que crea el mercado. Así las cosas en esta interpretación el mercado verde
se da en cuanto existan proveedores de productos verdes y compradores de tales
bienes.
¿Pero
podría darse el caso que haya compradores - o mejor un público dispuesto a
comprar un producto verde sin que existan productores?, si la respuesta es
afirmativa aplicaríamos la segunda interpretación, es decir, existe un mercado,
un público pendiente de productos verdes, aunque no existan productores de tales
bienes, ello sucede con muchas tecnologías verdes que aún se esperan para
resolver problemas ambientales que en la actualidad parecen insolubles; en tal
caso, ya hay mercado verde (conglomerado de personas dispuestas a comprar
productos con atributo ambiental) para esas tecnologías, pese a que nadie las
está ofertando
2.4. Fuerzas impulsoras de los mercados verdes
Los
mercados verdes se desarrollan en el marco general de los negocios verdes; en
tal sentido, las fuerzas impulsoras de tales mercados en el siglo XXI son:
q La acción de los gobiernos
q La acción de los consumidores
q
La acción de los innovadores y emprendedores
2.4.1.
La acción de los gobiernos
Los gobiernos tienen gran incidencia en el desarrollo de
los mercados verdes, tanto a nivel nacional, como a nivel internacional; a
través de cumbres mundiales (Estocolmo, 1972; Janeiro, 1992; Kioto, 1997;
Johannesburgo, 2002; Rio + 20, 2012) han generado acuerdos y protocolos tales como: Montreal y Kioto, entre otros que
han activado un flujo importante de bienes y servicios ambientales; estas
acciones han sido promovidas por la acción de los gobiernos a nivel
internacional.
A nivel local los gobiernos estructuran leyes, reglamentos
y normas adoptados por las empresas e individuos que a la postre derivan en
bienes y servicios con ventajas ambientales.
2.4.2.
La acción de los consumidores
Los consumidores han adquirido un poder inusitado, el espacio ganado en
la sociedad es cada vez mayor. Consumidores empoderados con las herramientas
tecnológicas y el poder de convocatorias que les facilitan las redes sociales,
hacen causa común para movilizar masas en favor de un objetivo mundial basado
en la ética y en lo correcto.
Atrás están quedando los días en que las
empresas sacaban sus productos inconsultos al mercado, sin importarle un “bledo”
los planteamientos del conglomerado social; en la actualidad una convocatoria
en redes sociales puede hacer tambalear gobiernos y cerrar empresas; Gary Vay,
en su libro titulado la economía de la gratitud (2012) nos comenta del poder
que tienen los consumidores en la nueva dinámica de las redes sociales; “estamos
ante la oportunidad de conectar realmente con los clientes, de escuchar lo que
quieren, lo que piensan, lo que sucedió, cómo funcionaron nuestros productos, o
como no funcionaron”1 . En tal sentido, llama la atención la
presentación del libro de Gary, editado por Aguilar (2012); en dicha
presentación, resumiendo el planteamiento de Gary, la editorial comenta: El
internet le ha regresado su voz a los consumidores, y el tremendo poder que
tienen sus palabras y opiniones en las redes sociales significa que las compañías
y las marcas deben competir en un nivel muy diferente al que normalmente lo hacían.
Caso 1:
Abejas afectadas por pesticidas en Europa
Después de más de dos años de
incansables campañas, hemos jugado un papel clave para lograr que Europa
prohíba los pesticidas que están matando a las abejas, ¡al menos hasta 2015!
Esta victoria se produjo tras dos años
de inundar a los ministros con mensajes, impulsando una petición masiva con más de 2,6 millones de firmas, lanzando encuestas
de opinión, organizando protestas con los apicultores y una abeja inflable de 5
metros de altura, capturando la atención de los medios y más, mucho más.
Ha sido un largo
camino de enfrentarnos a poderosas mega- corporaciones como Bayer, y no habría
sido posible sin la colaboración de muchos científicos, especialistas,
oficiales empáticos, apicultores y ambientalistas. Según la organización
Friends of the Earth: "la petición masiva y las creativas campañas de
Avaaz ayudaron a llevar esto al límite". Fuente. http://www.avaaz.org/es/
Sin embargo, el
poder de los consumidores no solo radica en la capacidad de convocatoria que le proporcionan las redes sociales y
la internet; sino que dicho poder se hace evidente por la información con que cuentan ahora; el consumidor bien informado
tiene un poder que las empresas no se imaginan, y apenas comienzan a
dimensionar; por ejemplo Daniel Goleman (2008) en su libro Inteligencia
Ecológica habla de esto; al comentar cómo la información oportuna en manos de
los consumidores hizo posible desterrar las grasas trans de la cocina y la mesa inicialmente de los
Norteamericanos y después de gran parte de la población mundial.
El poder de los consumidores ha ido incrementándose a medida que las
tecnologías de la información y las comunicaciones se democratizan; los días
venideros, sin duda nos traerán nuevas dinámicas en las cuales los consumidores
podrán consultar la trazabilidad y la cadena de valor o desvalorización de un
producto con tan solo pasar su código de barras por una maquina como ocurre hoy
con los precios de los alimentos en los supermercados. No está lejano el día
cuando a través de una pantalla podamos consultar el ciclo de vida de un
producto, y ver si este es compatible con la filosofía de aprovechamiento
efectivo de residuos, llamada Cradle to Cradle (de la cuna a la cuna) en la
cual nada se desecha, todo se aprovecha.
Entonces
es pertinente relevar la importancia de los consumidores como fuerza impulsora
que mueve dinámicas económicas para que la producción de bienes se haga en un
marco de sostenibilidad, como es el caso los usos y aprovechamiento de la
biodiversidad realizados a través del Biocomercio.
2.4.3. La acción de los innovadores y emprendedores
Los
grandes emprendedores e innovadores son capaces de crear productos que son
soñados por los idealistas y románticos; el concepto del desarrollo sostenible,
sería pura poesía y prosa romántica si no existieran creadores e innovadores
que hicieron posible tener ciudades más amigables con el ambiente, energías renovables, limpias y sostenibles al
servicio del conglomerado social.
Son los emprendedores e
innovadores los que crean productos nuevos o le dan aplicaciones nuevas que son
útiles desde el punto de vista de la amistad con el ambiente; y el asunto es
tal que por ejemplo, hoy ya estamos hablando de una mezcla de la tercera ola (tecnologías de la
información y las comunicaciones, y una industria basada en el conocimiento)
con la sexta ola (negocios verdes, la producción de bienes y servicios
amigables con el ambiente).
Este punto de encuentro que
genera una sinergia enorme, es descrito por Juan Caracoche (2013) en un
artículo titulado “las ventajas ambientales
de moverse en la nube” el autor comenta que “las empresas en general están interesadas en adoptar un modelo de
negocio lo más "verde" que se pueda, que consiste, en pocas palabras,
en optar por soluciones tecnológicas que impacten lo menos posible en el
medioambiente” En consecuencia - como lo plantee en mi libro negocios
verdes (2012), y lo presenté en una conferencia dictada en Ecuador (Babahoyo,
Julio, 2013) en el marco del Congreso Sudamericano de Agricultura Sustentable)
- se genera un punto de encuentro entre la tercera y la sexta ola para hacer
posible reducción de consumo de recursos y aprovechamiento de oportunidades
para mejorar el medio natural. A esto se refiere el autor Juan Caracoche (2013)2 cuando afirma “…
las tecnologías de la información pueden contribuir a este desafío global. Por
ejemplo, el cloud computing y la virtualización de los procesos están cambiando
la “cultura empresarial” haciéndola “más verde” ya que facilitan la adopción de
iniciativas como la "oficina sin papel", que logra reducir el consumo
de energía invertida en la producción e impresión de papel, y la "oficina
virtual", que se desarrolla gracias a las soluciones basadas en la nube, e
incide en una merma en la producción de residuos, entre otros efectos”.
Es
en virtud a la labor de emprendimiento e innovación que realizaron personas
como Bill Gates y Paul Allen (Microsoft), Larry Page y Sergey Brin (Google
Inc.), Mark Zuckerberg (Facebook), Niklaz Zennstrom y Janus Friis (Skipe),
Steve Jobs y Stephen Wozniak (Apple Computer), José Carlos Norte, Alejandro
Fiestas, Marc Cercós, Daniel Gil, Pau Garcia-Milà, Pol Watine (Cloud Computer), que hoy podemos tener soluciones
virtuales/en línea, que ahorran viajes, reuniones y consumo de recursos que
podrían tener impactos negativos al ambiente; sin embargo, es preciso también
preocuparse por el impacto de las tecnologías del hardware asociada con su
consecuente obsolescencia programada, que impacta la generación de basura tecnológica.
Sin
embargo, los emprendedores e innovadores no agotan sus acciones en productos y
servicios de las TICs sino que la mayoría de los emprendimientos se orientan a
tecnologías duras (maquinarias, artefactos, equipos) cuyo desempeño es amigable
con el ambiente; a la elaboración de productos con atributos ambientales.
En
verdad son los emprendedores e innovadores ambientales, los que mayor empuje
realizan a los negocios verdes, pues son ellos los que hacen realidad el sueño
de consumidores, las exigencias de los gobiernos y la esperanza de la
humanidad, en que algún día todos los productos y procesos sean amigables con
el ambiente.
3. Biocomercio sostenible
3.1.
Aproximación al
concepto del Biocomercio
Para
remontarnos al pasado del biocomercio, es necesario saber de qué estamos
hablando, a cual connotación de biocomercio queremos remontarnos; en este caso,
conviene usar la que se forma con las raíces griegas y latinas respectivamente,
para ir más atrás en la historia.
Bio: Es una palabra de origen griego (βιο), significa vida. La palabra como prefijo en algunos casos se usa para denotar especies vivas que conforman la diversidad vida
Etimológicamente
la palabra comercio proviene de las raíces latinas: CUM que significa juntamente y MERX,
mercancía, derivado de MERCOR,
comprar y vender. Equivale al traspaso de cosas materiales, de persona a
persona.
Ampliando
el concepto: El comercio es la actividad económica de intercambiar bienes,
valores, servicios y conocimientos entre dos o más personas, en una sociedad
donde se compra, se vende o se cambia mercaderías que han sido producidas para
el consumo. Así su origen se vincula al latín commercium, cum (con) merx
(mercancía). Al juntar las raíces griegas y latinas tenemos bio (vida, especies
naturales) + cum merx (comercio de mercancías. Lo cual deriva en que
biocomercio signifique comercio de mercancías/bienes que tienen su directa
derivación de especies naturales. De esa manera biocomercio es una palabra
acuñada al español, cuyo origen es grecoromana.
Según
los comentaristas y estudiosos del tema del biocomercio éste se acuñó en el año
de 1996, en virtud a que la IV reunión de las conferencias de las partes del
Convenio de Diversidad Biológica, lo adoptó como tal, y sentó la definición
oficial. A ciencia cierta no se conoce quien fue el primero en usar el término.
Pero su uso se atribuye a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y
Desarrollo (UNCTAD), quien fue la organización que presentó la iniciativa
biotrade en ingles, conocida en español como biocomercio.
Esta
aparición del término en la década del noventa, no implica que la actividad de
biocomercio haya comenzado allí, el biocomercio es tan antiguo como las
civilizaciones que establecieron el intercambio en la antigua Sumeria,
Mesopotamia, los Caldeos, los Fenicios y los Egipcios, entre otros. Desde
entonces se han realizado actividades de biocomercio; esto es evidente al responder
la pregunta ¿Que se comercializa? Lo
que tiene valor de uso y valor de cambio. Así las cosas desde la antigüedad los
pueblos han usado el intercambio de bienes extraídos o procesados a partir de
especies de la bio-diversidad.
Cuando
se pregunta qué se comercializa, se puede tomar como referencia el caso de las especias,
palabra que deriva del término latín "species”,
que significa esencial, se refiere a
productos naturales que eran y siguen siendo usados para cambiar el sabor de
las comidas, para
conservar
los alimentos, además como medicina natural, base natural de perfumería; y en
muchas casos le son atribuibles propiedades místicas- sagradas, y hasta usos
afrodisiacos.
Dentro
de los productos naturales comercializados en la antigüedad de los cuales se
advierte su evidente importancia socioeconómica, se mencionan las especias, los
cereales, la seda y la madera.
El biocomercio se menciona
en la biblia, el relato bíblico habla del comercio de los Ismaelitas (árabes
descendientes de Ismael, el primer hijo de Abraham); el relato comenta acerca
de los hijos de Jacob parientes de los
Ismaelitas “… Entonces se sentaron a
comer, y cuando levantaron los ojos, vieron una caravana de Ismaelitas que
venía de Galaad con sus camellos cargados de resina aromática, bálsamo y
mirra, e iban bajando hacia Egipto”3.
Era
una típica actividad comercial de la antigüedad, en la cual mercaderes iban por
el mundo comercializando productos con bajo volumen pero altamente costosos,
entre estas las especias., la relación que tienen con el biocomercio es que
estas provienen de especies naturales, en el texto citado arriba la mirra se refiere a una sustancia con
alto concentración de perfume, muy valiosa en dicha época, y era extraída de un
árbol de baja altura que tenía muchas espinas, encontrado principalmente en
Arabia, aunque se reporta su existencia en África; en ambos en ambos casos
provienen de especies de Commiphora (Burseraceae), Abyssinica y Commiphora molmol4.
El
texto menciona que los mercaderes iban cargados de resina aromática, según algunos comentaristas5 se trata del incienso (es una
resina aromática que acostumbraba a
quemarse en honor a Dios). Esta resina se extrae de dos árboles existente en
Arabia y en la India, el Boswellia sacra de Arabia Felix, y el Boswellia
papyrifera de la India, ambos pertenecientes a la familia de los Terebintios6.
Uno
de los más notables acontecimientos del pacífico reinado de Hatshepsut fue una
expedición naval a tierras somalíes de la que volvieron con mirra e incienso y
también con marfil, ébano, pieles de pantera y oro, la exótica mercancía del
interior de África. La expedición se conmemoró con relieves en el templo
funerario de Hatshepsut en Tebas.
La
economía egipcia era básicamente agrícola. Además de trigo, cebada y mijo,
cosechaban frutas, legumbres, lino y algodón. Los egipcios compraban oro,
plata, lapislázuli, turquesa, especias, pero sobre todo madera, escasa en
Egipto. El comercio exterior en Egipto era considerado
empresa
estatal; importación de madera de Biblos, para vigas y barras; de incienso y
mirra de Punt, en la costa somalí y de oro, ébano y marfil de Nubia; estas
transacciones se hacían generalmente bajo el modelo de trueque a cambio del
trigo egipcio. De hecho los registros del antiguo testamento bíblico comentan
(Génesis: 41: 57) que José7, un Gobernador en Egipto organizó una logística de almacenes desde
donde suministraba trigo a las demás naciones, consolidando así una fuerte
relación biocomercial8 con otros países.
Los
registros también hablan del comercio de la nación de Israel con sus vecinos de
Egipto, Sidón, Tiro y el Líbano, sitio de cual trajeron las mejores especies
forestales de pino y cedro9. De hecho la construcción del templo de Salomón dinamizó el comercio
con los países vecinos de tal modo que se dieron alianzas internacionales de
gran envergadura, según el registro bíblico Hiram rey de Tiro y Salomón
pactaron un acuerdo de libre comercio en el cual no solamente se movía las
materias primas sino también otros factores de producción como el capital10 y la mano de obra11.
Una
de las actividades de Biocomercio más ampliamente conocida en la historia se
llamó la ruta de la seda, esta consistió en un itinerario que en la antigüedad
unió los imperios romanos y chinos, a través de un camino que posibilitaba el
comercio de los productos derivados de recursos naturales desde el lejano
oriente hasta occidente, intercambiando especialmente seda, cuyo consumo en
Roma era considerable.
Se
dice que la Roma del siglo primero consumía anualmente 2.800 toneladas de
olíbano y 550 toneladas de mirra. Según ciertas fuentes, el emperador Nerón
gastó en el año 54 E.C. el equivalente a 100.000 dólares para aromatizar una
fiesta: unos tubos ocultos en los comedores esparcieron sobre los invitados
vapores de agua perfumada. Por su parte, los chinos empezaron a usar las
fragancias a partir del siglo VII E.C., y hasta fabricaron unas bolsitas
olorosas. En la Edad Media, la cultura islámica ya utilizaba los perfumes,
sobre todo la esencia de rosas (buscar fuente).
En
la Edad media se desarrolla más el comercio de las especias y las medicinas
drogas, y con ellas de las plantas medicinales, y, su difusión se ve incrementada.
En
el último tercio del siglo XIX en Alemania y en Inglaterra se llegan a
establecer, casi simultáneamente, procesos para sustituir el carey y el marfil,
productos naturales de origen animal y consiguientemente escasos.
En
las 3 últimas décadas del siglo XX se hizo evidente la importancia de la
biodiversidad en el delicado equilibrio de la vida, y en su rol como
proveedor
de diversas materias primas para elaborar productos para la industria
alimenticia, nutracéuticos y farmacéutica.
La
connotación de lo ecológico/orgánico-sostenible para biocomercializar, le da nuevo aire a una actividad que existía
hace mucho tiempo, sin embargo, aun con el advenimiento de la carga
significante de lo ambiental, se ha llamado biocomercio a aquella actividad que
produce y comercializa bienes que llevan implícito lo ecológico y lo
sostenible, lo cual no es apropiado etimológicamente, puesto que habría que
añadirle otro elemento significante que lo redefina, porque el biocomercio hace
mucho tiempo que se practica, aunque la frase que se usa actualmente sea nueva,
la actividad del biocomercio es antigua; si con biocomercio se quiere denotar
la actividad de comercializar productos de la biodiversidad que sean producidos
bajo criterios sostenibles/ecológicos, convendría utilizar una categoría más
avanzada del biocomercio, que en Colombia se ha llamado biocomercio sostenible.
Sin
embargo, yendo al origen del término solo podría llamarse Biocomercio a la
comercialización de bienes y servicios derivados de la biodiversidad; sin
embargo, al introducir el concepto sostenible, no es viable que este término
solo signifique comercialización de bienes y servicios derivados y basados en
la biodiversidad, puesto que la sostenibilidad de estos no se puede suponer a
menos que se haga la trazabilidad y el termino también abarque todas las
actividades desde la producción, procesamiento y comercialización.
En
referencia a esto Rivas (2010), dice: para que un producto sea considerado
amigable con el ambiente debe reunir las siguientes características
1.
Que las materias primas tengan su origen en fuentes
sostenibles – ecológicas. Esto se relaciona con aspectos de la producción
primaria.
2.
Que el proceso de obtención sea amigable con el
ambiente. Esto se relaciona con actividades producción y de transformación.
3.
Que los productos en sí mismo, en lo que respecta a
su funcionalidad, sean ecoeficientes y en su ciclo de vida no representen
peligro al momento de operar y ser dispuestos finalmente, y que puedan ser
usados para otra industria continuando el
ciclo de la
cuna a la
cuna, que proponen
Michael Braungart y William
McDonough y que comenta Daniel Goleman en su libro inteligencia ecológica., es
decir que el producto en su ciclo
de vida siga siendo
útil a otro proceso y no afecte el medio natural por su disposición final.
Tal vez ello explique la
definición de Biocomercio adoptada por la UNCTAD en su propuesta a la
Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica en el año 1996;
según el cual Biocomercio : “… se refiere
al conjunto de actividades de recolección y/o producción, procesamiento y
comercialización de bienes y servicios derivados de la biodiversidad nativa
(especies, recursos genéticos y ecosistemas), bajo criterios de sostenibilidad
ambiental, social y económica”; no obstante, es preciso indicar que esta
definición corresponde es al Biocomercio sostenible, y no al Biocomercio
propiamente dicho.
Cuando
se toma Biocomercio como lo planteó la UNCTAD se está aludiendo a la carga significante que tiene dicha
palabra para muchas personas en los contextos pro-ecologistas y ambientalistas,
o en el mejor de los casos se emplea para validar un programa que desde la
institucionalidad plantea una iniciativa para ser implementada por los países
en virtud de la estrategia BIOTRADE de la UNCTAD; pero si por Biocomercio se
quiere entender el significado de una actividad comercial amigable con el
ambiente, necesariamente debe usarse mejor el término Biocomercio sostenible.
3.1.1.
¿Porque razones el biocomercio
debe ser sostenible?
Los dos grandes problemas ambientales que tiene que resolver el ser humano
están asociados directamente al desarrollo sostenible: “aquel permite
satisfacer las necesidades de las generaciones presentes – sin agotar las bases
en que sustenta – sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para
satisfacer las propias”12 otra definición similar es
aquella que dice que el Desarrollo Sostenible es el que conduce al crecimiento
económico, a la elevación de la calidad de vida y al bienestar social sin
agotar la base de los recursos naturales renovables en que se sustenta, ni
deteriora el medio ambiente o el derecho de las generaciones futuras a
utilizarlo para satisfacción de sus propias necesidades13
En tal sentido, los dos grandes problemas ambientales son:
1. El agotamiento de
los recursos puede llegar a ser irreversible, y para evitarlo se trabaja
promoviendo actividades humanas / negocios que sean sostenible.
2. La contaminación
ambiental que deteriora la capacidad de la biosfera para prestar sus servicios
ambientales y cumplir las funciones que hacen posible la vida; para evitar esta
contaminación se promueven actividades que sean menos contaminantes o aquellos
cuya contaminación se reduzca a cero.
Ambos
problemas ponen en riesgo la salud y la vida humana, por eso su solución
debería estar íntimamente ligada a los más altos intereses de los seres
humanos.
Los
negocios verdes pueden se explicados desde el punto de vista de las actitudes
humanas frente el ambiente. Estas actitudes son pasividad, reactividad,
preactividad y proactividad.
Para
efectos de categorizar los negocios verdes, en forma genérica se puede decir
que los que apuntan a resolver el problema del agotamiento de los recursos de
la biodiversidad para garantizar que las próximas generaciones tengan
disponibilidad de recursos se pueden clasificar dentro de los bionegocios
sostenibles. Por otro lado, los que están orientadas a recuperar y mantener la
capacidad de la biosfera para cumplir las funciones que garantizan la vida se
categorizan como Econegocios, negocios con sentido ecológico/responsabilidad ambiental.
El
Biocomercio sostenible por su parte se inscribe en la categoría de bionegocios
sostenible. Una gama de negocios basados en la biodiversidad que promueve el
uso comercial de los derivados de la diversidad, pero teniendo como plataforma
un criterio ético de proteger la base natural en que se sustentan estos
negocios. En el trinomio naturaleza- ética y economía, se forma una figura
llamada Negocios Verdes; de ello se deriva que quien practica el Biocomercio,
lo hace en virtud a la sinergia: Economía-Ética-Naturaleza., allí descansa el
concepto sostenible del Biocomercio. Por ello decimos Biocomercio Sostenible.
CITAS Y
REFERENCIAS
1 Gary Vay Ner Chuk (2012). La economía de
la gratitud, pags 21 -22. Editorial Aguilar, México.
2 Juan
Caracoche (2013). Articulo disponible en
3 Génesis 37:
25. La nueva Biblia de los hispanos, versión de Lockman, 2005.
5 Comentarios disponibles en http://www.luzinterior.org/navidad_losreyesmagos.htm
6 Basado en datos de la The Catholic
Encyclopedia, Volume I
7 Destacado personaje de origen
hebreo que según el registro bíblico asumió la Vicepresidencia en Egipto, cargo
que se conoció como Gobernador de Egipto.
8 El término aquí se usa sin la
carga significante de hoy. Era biocomercial, puesto que implica transar bienes
derivados
de la bio-, la fuente natural de la vida-recursos naturales.
9 Ver 1 Reyes capítulo 5:
versículos 6 y 8-10
10 Entiéndase
aquí el principal producto de intercambio para la época, el oro.
11 Esta es una
lectura que hace el autor al analizar como operaba la alianza que describe la
biblia en el Libro de Reyes en el capítulo 5, 7 y 10.
12 Organización
de Naciones Unidas. Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el desarrollo en
1983
13 Definición
de la ley 99 de 1993, Colombia
EL BIOCOMERCIO Y LOS MERCADOS VERDES: UNA APROXIMACIÓN CONCEPTUAL Y SU RELACIÓN CON LOS NEGOCIOS VERDES
José Fredys Rivas Quinto
Consultor
Negocios Verdes
Resumen
Las
iniciativas relativas a la generación de bienes y servicios amigables con el ambiente
han generado un cúmulo de actividades cuyos nombres a veces mueven a confusión
en el argot popular, en los espacios académicos y en los círculos de negocios.
Fundamentalmente debe entenderse que cuando nos referimos a mercados verdes, no
nos estamos refiriendo a un producto, sino a consumidores, a espacios, escenarios
y a las relaciones de oferta y demanda movidos por una preferencia ambiental o
permeados por un atributo ambiental.
La
referencia a Biocomercio, apunta a una actividad productiva basada en el uso,
aprovechamiento y comercialización de productos derivados de la biodiversidad,
sin importar los atributos de buen desempeño ambiental; la carga significante
de sostenible, viene dada con la aplicación de criterios de sostenibilidad y
entonces, pasa a denominarse Biocomercio Sostenible, lo cual involucra
atributos de desempeño ambiental. Resultado clave entender estos conceptos en
el marco de los negocios verdes.
Palabras
claves: Mercados verdes, negocios verdes, sostenible, Biocomercio, bionegocios,
consumidores, tecnologías verdes.
1.
Introducción
Los
negocios verdes son la nueva forma de intercambio de bienes y servicios que
está tomando los mercados mundiales. No hay duda que su evolución en los
últimos 20 años nos habla de una poderosa fuerza motriz que los empuja más allá
de los negocios tradicionales. Los mercados han
sido
permeados por lo verde; esta es la ola más grande de negocios en la historia,
se aproximación un inundación de productos verdes al mercado mundial.
En la actualidad los
negocios de las exigencias ambientales como lo llaman algunos analistas (Harry
Clark, 2007), los negocios amigables con el ambiente, los negocios de la
valoración y aprovechamiento sostenible de la biodiversidad y los ecoproductos
industriales han recorrido un camino con resultados tan asombrosos que
analistas como Asumadu Kwame (1998) no dudan en denominarlos la industria más
importante del Siglo XXI. Otros como el analista Gianni López, (2002) nos
comentan: “ Los líderes de las grandes
corporaciones globales coinciden en que los retos más importantes que tendrán
que enfrentar durante el presente milenio estarán asociados a la sostenibilidad
ambiental. Así mismo, muchos analistas predicen una revolución de recursos,
donde la eficiencia financiera no será en único indicador de progreso de las
Naciones del Mundo y el criterio de efectividad de las economías no será
determinado por las bolsas de valores o las reservas monetarias, sino por la
calidad de su capital natural ” (Gianni López, 2002).
Ante el imperativo de desarrollar negocios amigables con
el ambiente, reviste gran importancia considerar el tema del Biocomercio
sostenible, puesto que trata directamente con la base natural en que sustenta
la vida; a saber el comercio de bienes y servicios derivados de la
biodiversidad.
Este
documento pretende hacer una aproximación al Biocomercio sostenible, en tanto
que explora el mercado al cual van los productos derivados del Biocomercio
sostenible, dicho mercado se conoce como Mercado Verde. Sin embargo, es preciso
anotar que los mercados verdes van más allá de ser espacios de comercialización
de productos del Biocomercio, y abarcan otras categorías de los negocios
verdes, como son los ecoproductos
industriales. Por ello también, el documento hace una aproximación conceptual
lo más ponderada posible al tema de los Mercados Verdes.
2. MERCADOS VERDES
2.1.
El concepto de mercado
Connotación
1 Mercado Plaza. El mercado puede
entenderse como plaza, es decir, el espacio donde consumidores y oferentes
interactúan para satisfacer sus necesidades. Es una definición primaria de
mercado, por ello decimos “vamos al mercado a comprar”, es decir vamos al
espacio
donde
se pueden conseguir los productos. En este caso, es posible ir al mercado y no
conseguir un producto, puesto que el mercado es espacio donde se vende.
Connotación
2. Mercado como sociedad en general:
Este concepto indica que el mercado es la sociedad, con sus organizaciones,
empresas y personas en general, que demandan bienes y servicios. El mercado
aquí se entiende como el conglomerado social.
Connotación
3. Mercado persona. Otra connotación
más específica sugiere que el mercado son las personas a las cuales va dirigido
un producto. Por ejemplo el caso del mercado financiero. En el cual los
compradores/clientes acudimos a adquirir un producto; nosotros somos el
mercado.
2.2. El concepto de lo verde
Lo verde
se refiere a aquello que es amigable con el ambiente y la salud humana,el
termino se refiere al pigmento de las plantas, lo cual evidencia su estado
saludable de la condición natural, de ese modo cuando el común de las plantas
conservan su pigmentación verde (clorofila), están naturalmente bien, de hecho
la primera afectación que sufren las plantas al ser dañadas y deterioradas es
perder la coloración verde. Por ello verde es sinónimo de vida, de lo natural.
Cuando lo verde no está las plantas en general se secan.
Verde es una condición de los seres de natura, pero la carga
significante de verde, también se aplica proactivamente para denotar a aquello
que hace posible y facilita la conservación de la condición verde de las cosas
naturales, es decir la vida; de esa manera si una tecnología hace posible que
un bosque mejore su funcionalidad esta tecnología es verde, si una tecnología
evita el vertimiento de residuos sólidos que dañan cuerpos de agua y con ello
todo el equilibrio de natura, entonces dicha tecnología es verde. Si un
producto ayuda a conservar los humedales donde florece la vida, nacen, crecen y
se desarrollan seres, ese producto es verde.
Todos los bienes y servicios etiquetados bajo el concepto de la amistad
con el ambiente, se les atribuye la categoría de verdes.
2.3. Aplicando el concepto de mercados verdes
Mercados
verdes en la connotación inicial es un escenario virtual o real donde se dan
citan compradores y vendedores de un bien/servicio con atributos verdes para
transarlo. La condición de verde la tiene el sitio, pero en virtud de los
productos que allí se venden, si los productos no fueran verde, solo podría
llamarse mercado o plaza de mercado, de hecho en algunos países se realizan
eventos conocidos como Plazas de Mercados Verdes.
Tomemos
como referente el mercado financiero. En lo que respecta a dicho mercado, es
preciso indicar que estos se componen de un mercado bursátil –o mercado de
capitales a largo plazo- (las Bolsas
de cada país), de un mercado monetario
y de un mercado de cambios
– o mercado de
capitales a corto y medio plazo-, de un mercado de tasas de interés, de un
mercado de materias primas y de un mercado de productos derivados.
Cuando
decimos que una empresa va a poner sus acciones en el mercado bursátil, nos
referimos a que las acciones de dicha empresas serán puestas al alcance de
compradores que tienen conciencia y claridad bursátil para adquirir acciones,
en tal sentido, ellos son los destinatarios
de productos financieros en este caso bursátil. Por comparación, esa es nuestra
percepción cuando decimos mercados verdes, en sentido de entender que el
mercado es el conglomerado al cual va dirigido el producto (consumidores con
conciencia de lo verde.)
El
mercado verde se refiere a los consumidores con conciencia ambiental (verde)
que adquieren productos verdes. Este tipo de consumidores constituyen el
mercado al cual van dirigidos los bienes y servicios con atributos ambientales.
Por ello se llaman mercado verde, pero al haber tantos productos verdes,
también hay diversos consumidores o mercados verdes. Es decir, mercados verdes
se llaman a los destinatarios de productos verdes.
Es
pertinente anotar que en los mercados verdes se transan cualquier producto cuya
amistad con el ambiente sea evidente, no importa si su origen es de la
biodiversidad o de fuentes tecnológicas
propiamente dicha (tecnologías verdes) puede tratarse de productos que
mejoren la eficiencia ambiental, y en tal caso aplican para ser considerados
productos verdes, con opción de comercializarse en un mercado verde, entiéndase
el grupo de consumidores destinatario de dichos productos.
El
mercado también puede analizarse como una abstracción que resulta de analizar
la dinámica de oferta y demanda, en esta connotación entendemos mercados verdes
como evento de interacción de actuales y
potenciales
productores y consumidores de bienes y servicios que tienen algún atributo
ambiental (Léase verde). De esa manera mercados verdes vendría siendo una
dinámica de intercambio de bienes y servicios con ventaja ambiental.
Bajo
esta interpretación, “el mercado financiero” por ejemplo no serían los
vendedores de acciones ni los compradores en particular, sino que estos serían
operadores del mercado, y en esencia el mercado sería una abstracción que se
forman únicamente cuando interactúan oferta y demanda, es decir esa dinámica es
la que crea el mercado. Así las cosas en esta interpretación el mercado verde
se da en cuanto existan proveedores de productos verdes y compradores de tales
bienes.
¿Pero
podría darse el caso que haya compradores - o mejor un público dispuesto a
comprar un producto verde sin que existan productores?, si la respuesta es
afirmativa aplicaríamos la segunda interpretación, es decir, existe un mercado,
un público pendiente de productos verdes, aunque no existan productores de tales
bienes, ello sucede con muchas tecnologías verdes que aún se esperan para
resolver problemas ambientales que en la actualidad parecen insolubles; en tal
caso, ya hay mercado verde (conglomerado de personas dispuestas a comprar
productos con atributo ambiental) para esas tecnologías, pese a que nadie las
está ofertando
2.4. Fuerzas impulsoras de los mercados verdes
q La acción de los gobiernos
q La acción de los consumidores
q
La acción de los innovadores y emprendedores
2.4.1.
La acción de los gobiernos
A nivel local los gobiernos estructuran leyes, reglamentos
y normas adoptados por las empresas e individuos que a la postre derivan en
bienes y servicios con ventajas ambientales.
2.4.2.
La acción de los consumidores
Los consumidores han adquirido un poder inusitado, el espacio ganado en
la sociedad es cada vez mayor. Consumidores empoderados con las herramientas
tecnológicas y el poder de convocatorias que les facilitan las redes sociales,
hacen causa común para movilizar masas en favor de un objetivo mundial basado
en la ética y en lo correcto.
Atrás están quedando los días en que las
empresas sacaban sus productos inconsultos al mercado, sin importarle un “bledo”
los planteamientos del conglomerado social; en la actualidad una convocatoria
en redes sociales puede hacer tambalear gobiernos y cerrar empresas; Gary Vay,
en su libro titulado la economía de la gratitud (2012) nos comenta del poder
que tienen los consumidores en la nueva dinámica de las redes sociales; “estamos
ante la oportunidad de conectar realmente con los clientes, de escuchar lo que
quieren, lo que piensan, lo que sucedió, cómo funcionaron nuestros productos, o
como no funcionaron”1 . En tal sentido, llama la atención la
presentación del libro de Gary, editado por Aguilar (2012); en dicha
presentación, resumiendo el planteamiento de Gary, la editorial comenta: El
internet le ha regresado su voz a los consumidores, y el tremendo poder que
tienen sus palabras y opiniones en las redes sociales significa que las compañías
y las marcas deben competir en un nivel muy diferente al que normalmente lo hacían.
Caso 1:
Abejas afectadas por pesticidas en Europa
Después de más de dos años de
incansables campañas, hemos jugado un papel clave para lograr que Europa
prohíba los pesticidas que están matando a las abejas, ¡al menos hasta 2015!
Esta victoria se produjo tras dos años
de inundar a los ministros con mensajes, impulsando una petición masiva con más de 2,6 millones de firmas, lanzando encuestas
de opinión, organizando protestas con los apicultores y una abeja inflable de 5
metros de altura, capturando la atención de los medios y más, mucho más.
Ha sido un largo
camino de enfrentarnos a poderosas mega- corporaciones como Bayer, y no habría
sido posible sin la colaboración de muchos científicos, especialistas,
oficiales empáticos, apicultores y ambientalistas. Según la organización
Friends of the Earth: "la petición masiva y las creativas campañas de
Avaaz ayudaron a llevar esto al límite". Fuente. http://www.avaaz.org/es/
Sin embargo, el
poder de los consumidores no solo radica en la capacidad de convocatoria que le proporcionan las redes sociales y
la internet; sino que dicho poder se hace evidente por la información con que cuentan ahora; el consumidor bien informado
tiene un poder que las empresas no se imaginan, y apenas comienzan a
dimensionar; por ejemplo Daniel Goleman (2008) en su libro Inteligencia
Ecológica habla de esto; al comentar cómo la información oportuna en manos de
los consumidores hizo posible desterrar las grasas trans de la cocina y la mesa inicialmente de los
Norteamericanos y después de gran parte de la población mundial.
El poder de los consumidores ha ido incrementándose a medida que las
tecnologías de la información y las comunicaciones se democratizan; los días
venideros, sin duda nos traerán nuevas dinámicas en las cuales los consumidores
podrán consultar la trazabilidad y la cadena de valor o desvalorización de un
producto con tan solo pasar su código de barras por una maquina como ocurre hoy
con los precios de los alimentos en los supermercados. No está lejano el día
cuando a través de una pantalla podamos consultar el ciclo de vida de un
producto, y ver si este es compatible con la filosofía de aprovechamiento
efectivo de residuos, llamada Cradle to Cradle (de la cuna a la cuna) en la
cual nada se desecha, todo se aprovecha.
Entonces
es pertinente relevar la importancia de los consumidores como fuerza impulsora
que mueve dinámicas económicas para que la producción de bienes se haga en un
marco de sostenibilidad, como es el caso los usos y aprovechamiento de la
biodiversidad realizados a través del Biocomercio.
2.4.3. La acción de los innovadores y emprendedores
Los
grandes emprendedores e innovadores son capaces de crear productos que son
soñados por los idealistas y románticos; el concepto del desarrollo sostenible,
sería pura poesía y prosa romántica si no existieran creadores e innovadores
que hicieron posible tener ciudades más amigables con el ambiente, energías renovables, limpias y sostenibles al
servicio del conglomerado social.
Son los emprendedores e
innovadores los que crean productos nuevos o le dan aplicaciones nuevas que son
útiles desde el punto de vista de la amistad con el ambiente; y el asunto es
tal que por ejemplo, hoy ya estamos hablando de una mezcla de la tercera ola (tecnologías de la
información y las comunicaciones, y una industria basada en el conocimiento)
con la sexta ola (negocios verdes, la producción de bienes y servicios
amigables con el ambiente).
Este punto de encuentro que
genera una sinergia enorme, es descrito por Juan Caracoche (2013) en un
artículo titulado “las ventajas ambientales
de moverse en la nube” el autor comenta que “las empresas en general están interesadas en adoptar un modelo de
negocio lo más "verde" que se pueda, que consiste, en pocas palabras,
en optar por soluciones tecnológicas que impacten lo menos posible en el
medioambiente” En consecuencia - como lo plantee en mi libro negocios
verdes (2012), y lo presenté en una conferencia dictada en Ecuador (Babahoyo,
Julio, 2013) en el marco del Congreso Sudamericano de Agricultura Sustentable)
- se genera un punto de encuentro entre la tercera y la sexta ola para hacer
posible reducción de consumo de recursos y aprovechamiento de oportunidades
para mejorar el medio natural. A esto se refiere el autor Juan Caracoche (2013)2 cuando afirma “…
las tecnologías de la información pueden contribuir a este desafío global. Por
ejemplo, el cloud computing y la virtualización de los procesos están cambiando
la “cultura empresarial” haciéndola “más verde” ya que facilitan la adopción de
iniciativas como la "oficina sin papel", que logra reducir el consumo
de energía invertida en la producción e impresión de papel, y la "oficina
virtual", que se desarrolla gracias a las soluciones basadas en la nube, e
incide en una merma en la producción de residuos, entre otros efectos”.
Es
en virtud a la labor de emprendimiento e innovación que realizaron personas
como Bill Gates y Paul Allen (Microsoft), Larry Page y Sergey Brin (Google
Inc.), Mark Zuckerberg (Facebook), Niklaz Zennstrom y Janus Friis (Skipe),
Steve Jobs y Stephen Wozniak (Apple Computer), José Carlos Norte, Alejandro
Fiestas, Marc Cercós, Daniel Gil, Pau Garcia-Milà, Pol Watine (Cloud Computer), que hoy podemos tener soluciones
virtuales/en línea, que ahorran viajes, reuniones y consumo de recursos que
podrían tener impactos negativos al ambiente; sin embargo, es preciso también
preocuparse por el impacto de las tecnologías del hardware asociada con su
consecuente obsolescencia programada, que impacta la generación de basura tecnológica.
Sin
embargo, los emprendedores e innovadores no agotan sus acciones en productos y
servicios de las TICs sino que la mayoría de los emprendimientos se orientan a
tecnologías duras (maquinarias, artefactos, equipos) cuyo desempeño es amigable
con el ambiente; a la elaboración de productos con atributos ambientales.
En
verdad son los emprendedores e innovadores ambientales, los que mayor empuje
realizan a los negocios verdes, pues son ellos los que hacen realidad el sueño
de consumidores, las exigencias de los gobiernos y la esperanza de la
humanidad, en que algún día todos los productos y procesos sean amigables con
el ambiente.
3. Biocomercio sostenible
3.1.
Aproximación al
concepto del Biocomercio
Para
remontarnos al pasado del biocomercio, es necesario saber de qué estamos
hablando, a cual connotación de biocomercio queremos remontarnos; en este caso,
conviene usar la que se forma con las raíces griegas y latinas respectivamente,
para ir más atrás en la historia.
Bio: Es una palabra de origen griego (βιο), significa vida. La palabra como prefijo en algunos casos se usa para denotar especies vivas que conforman la diversidad vida
Etimológicamente
la palabra comercio proviene de las raíces latinas: CUM que significa juntamente y MERX,
mercancía, derivado de MERCOR,
comprar y vender. Equivale al traspaso de cosas materiales, de persona a
persona.
Ampliando
el concepto: El comercio es la actividad económica de intercambiar bienes,
valores, servicios y conocimientos entre dos o más personas, en una sociedad
donde se compra, se vende o se cambia mercaderías que han sido producidas para
el consumo. Así su origen se vincula al latín commercium, cum (con) merx
(mercancía). Al juntar las raíces griegas y latinas tenemos bio (vida, especies
naturales) + cum merx (comercio de mercancías. Lo cual deriva en que
biocomercio signifique comercio de mercancías/bienes que tienen su directa
derivación de especies naturales. De esa manera biocomercio es una palabra
acuñada al español, cuyo origen es grecoromana.
Según
los comentaristas y estudiosos del tema del biocomercio éste se acuñó en el año
de 1996, en virtud a que la IV reunión de las conferencias de las partes del
Convenio de Diversidad Biológica, lo adoptó como tal, y sentó la definición
oficial. A ciencia cierta no se conoce quien fue el primero en usar el término.
Pero su uso se atribuye a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y
Desarrollo (UNCTAD), quien fue la organización que presentó la iniciativa
biotrade en ingles, conocida en español como biocomercio.
Esta
aparición del término en la década del noventa, no implica que la actividad de
biocomercio haya comenzado allí, el biocomercio es tan antiguo como las
civilizaciones que establecieron el intercambio en la antigua Sumeria,
Mesopotamia, los Caldeos, los Fenicios y los Egipcios, entre otros. Desde
entonces se han realizado actividades de biocomercio; esto es evidente al responder
la pregunta ¿Que se comercializa? Lo
que tiene valor de uso y valor de cambio. Así las cosas desde la antigüedad los
pueblos han usado el intercambio de bienes extraídos o procesados a partir de
especies de la bio-diversidad.
Cuando
se pregunta qué se comercializa, se puede tomar como referencia el caso de las especias,
palabra que deriva del término latín "species”,
que significa esencial, se refiere a
productos naturales que eran y siguen siendo usados para cambiar el sabor de
las comidas, para
conservar
los alimentos, además como medicina natural, base natural de perfumería; y en
muchas casos le son atribuibles propiedades místicas- sagradas, y hasta usos
afrodisiacos.
Dentro
de los productos naturales comercializados en la antigüedad de los cuales se
advierte su evidente importancia socioeconómica, se mencionan las especias, los
cereales, la seda y la madera.
El biocomercio se menciona
en la biblia, el relato bíblico habla del comercio de los Ismaelitas (árabes
descendientes de Ismael, el primer hijo de Abraham); el relato comenta acerca
de los hijos de Jacob parientes de los
Ismaelitas “… Entonces se sentaron a
comer, y cuando levantaron los ojos, vieron una caravana de Ismaelitas que
venía de Galaad con sus camellos cargados de resina aromática, bálsamo y
mirra, e iban bajando hacia Egipto”3.
Era
una típica actividad comercial de la antigüedad, en la cual mercaderes iban por
el mundo comercializando productos con bajo volumen pero altamente costosos,
entre estas las especias., la relación que tienen con el biocomercio es que
estas provienen de especies naturales, en el texto citado arriba la mirra se refiere a una sustancia con
alto concentración de perfume, muy valiosa en dicha época, y era extraída de un
árbol de baja altura que tenía muchas espinas, encontrado principalmente en
Arabia, aunque se reporta su existencia en África; en ambos en ambos casos
provienen de especies de Commiphora (Burseraceae), Abyssinica y Commiphora molmol4.
El
texto menciona que los mercaderes iban cargados de resina aromática, según algunos comentaristas5 se trata del incienso (es una
resina aromática que acostumbraba a
quemarse en honor a Dios). Esta resina se extrae de dos árboles existente en
Arabia y en la India, el Boswellia sacra de Arabia Felix, y el Boswellia
papyrifera de la India, ambos pertenecientes a la familia de los Terebintios6.
Uno
de los más notables acontecimientos del pacífico reinado de Hatshepsut fue una
expedición naval a tierras somalíes de la que volvieron con mirra e incienso y
también con marfil, ébano, pieles de pantera y oro, la exótica mercancía del
interior de África. La expedición se conmemoró con relieves en el templo
funerario de Hatshepsut en Tebas.
La
economía egipcia era básicamente agrícola. Además de trigo, cebada y mijo,
cosechaban frutas, legumbres, lino y algodón. Los egipcios compraban oro,
plata, lapislázuli, turquesa, especias, pero sobre todo madera, escasa en
Egipto. El comercio exterior en Egipto era considerado
empresa
estatal; importación de madera de Biblos, para vigas y barras; de incienso y
mirra de Punt, en la costa somalí y de oro, ébano y marfil de Nubia; estas
transacciones se hacían generalmente bajo el modelo de trueque a cambio del
trigo egipcio. De hecho los registros del antiguo testamento bíblico comentan
(Génesis: 41: 57) que José7, un Gobernador en Egipto organizó una logística de almacenes desde
donde suministraba trigo a las demás naciones, consolidando así una fuerte
relación biocomercial8 con otros países.
Los
registros también hablan del comercio de la nación de Israel con sus vecinos de
Egipto, Sidón, Tiro y el Líbano, sitio de cual trajeron las mejores especies
forestales de pino y cedro9. De hecho la construcción del templo de Salomón dinamizó el comercio
con los países vecinos de tal modo que se dieron alianzas internacionales de
gran envergadura, según el registro bíblico Hiram rey de Tiro y Salomón
pactaron un acuerdo de libre comercio en el cual no solamente se movía las
materias primas sino también otros factores de producción como el capital10 y la mano de obra11.
Una
de las actividades de Biocomercio más ampliamente conocida en la historia se
llamó la ruta de la seda, esta consistió en un itinerario que en la antigüedad
unió los imperios romanos y chinos, a través de un camino que posibilitaba el
comercio de los productos derivados de recursos naturales desde el lejano
oriente hasta occidente, intercambiando especialmente seda, cuyo consumo en
Roma era considerable.
Se
dice que la Roma del siglo primero consumía anualmente 2.800 toneladas de
olíbano y 550 toneladas de mirra. Según ciertas fuentes, el emperador Nerón
gastó en el año 54 E.C. el equivalente a 100.000 dólares para aromatizar una
fiesta: unos tubos ocultos en los comedores esparcieron sobre los invitados
vapores de agua perfumada. Por su parte, los chinos empezaron a usar las
fragancias a partir del siglo VII E.C., y hasta fabricaron unas bolsitas
olorosas. En la Edad Media, la cultura islámica ya utilizaba los perfumes,
sobre todo la esencia de rosas (buscar fuente).
En
la Edad media se desarrolla más el comercio de las especias y las medicinas
drogas, y con ellas de las plantas medicinales, y, su difusión se ve incrementada.
En
el último tercio del siglo XIX en Alemania y en Inglaterra se llegan a
establecer, casi simultáneamente, procesos para sustituir el carey y el marfil,
productos naturales de origen animal y consiguientemente escasos.
En
las 3 últimas décadas del siglo XX se hizo evidente la importancia de la
biodiversidad en el delicado equilibrio de la vida, y en su rol como
proveedor
de diversas materias primas para elaborar productos para la industria
alimenticia, nutracéuticos y farmacéutica.
La
connotación de lo ecológico/orgánico-sostenible para biocomercializar, le da nuevo aire a una actividad que existía
hace mucho tiempo, sin embargo, aun con el advenimiento de la carga
significante de lo ambiental, se ha llamado biocomercio a aquella actividad que
produce y comercializa bienes que llevan implícito lo ecológico y lo
sostenible, lo cual no es apropiado etimológicamente, puesto que habría que
añadirle otro elemento significante que lo redefina, porque el biocomercio hace
mucho tiempo que se practica, aunque la frase que se usa actualmente sea nueva,
la actividad del biocomercio es antigua; si con biocomercio se quiere denotar
la actividad de comercializar productos de la biodiversidad que sean producidos
bajo criterios sostenibles/ecológicos, convendría utilizar una categoría más
avanzada del biocomercio, que en Colombia se ha llamado biocomercio sostenible.
Sin
embargo, yendo al origen del término solo podría llamarse Biocomercio a la
comercialización de bienes y servicios derivados de la biodiversidad; sin
embargo, al introducir el concepto sostenible, no es viable que este término
solo signifique comercialización de bienes y servicios derivados y basados en
la biodiversidad, puesto que la sostenibilidad de estos no se puede suponer a
menos que se haga la trazabilidad y el termino también abarque todas las
actividades desde la producción, procesamiento y comercialización.
En
referencia a esto Rivas (2010), dice: para que un producto sea considerado
amigable con el ambiente debe reunir las siguientes características
1.
Que las materias primas tengan su origen en fuentes
sostenibles – ecológicas. Esto se relaciona con aspectos de la producción
primaria.
2.
Que el proceso de obtención sea amigable con el
ambiente. Esto se relaciona con actividades producción y de transformación.
3.
Que los productos en sí mismo, en lo que respecta a
su funcionalidad, sean ecoeficientes y en su ciclo de vida no representen
peligro al momento de operar y ser dispuestos finalmente, y que puedan ser
usados para otra industria continuando el
ciclo de la
cuna a la
cuna, que proponen
Michael Braungart y William
McDonough y que comenta Daniel Goleman en su libro inteligencia ecológica., es
decir que el producto en su ciclo
de vida siga siendo
útil a otro proceso y no afecte el medio natural por su disposición final.
Tal vez ello explique la
definición de Biocomercio adoptada por la UNCTAD en su propuesta a la
Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica en el año 1996;
según el cual Biocomercio : “… se refiere
al conjunto de actividades de recolección y/o producción, procesamiento y
comercialización de bienes y servicios derivados de la biodiversidad nativa
(especies, recursos genéticos y ecosistemas), bajo criterios de sostenibilidad
ambiental, social y económica”; no obstante, es preciso indicar que esta
definición corresponde es al Biocomercio sostenible, y no al Biocomercio
propiamente dicho.
Cuando
se toma Biocomercio como lo planteó la UNCTAD se está aludiendo a la carga significante que tiene dicha
palabra para muchas personas en los contextos pro-ecologistas y ambientalistas,
o en el mejor de los casos se emplea para validar un programa que desde la
institucionalidad plantea una iniciativa para ser implementada por los países
en virtud de la estrategia BIOTRADE de la UNCTAD; pero si por Biocomercio se
quiere entender el significado de una actividad comercial amigable con el
ambiente, necesariamente debe usarse mejor el término Biocomercio sostenible.
3.1.1. ¿Porque razones el biocomercio debe ser sostenible?
Los dos grandes problemas ambientales que tiene que resolver el ser humano
están asociados directamente al desarrollo sostenible: “aquel permite
satisfacer las necesidades de las generaciones presentes – sin agotar las bases
en que sustenta – sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para
satisfacer las propias”12 otra definición similar es
aquella que dice que el Desarrollo Sostenible es el que conduce al crecimiento
económico, a la elevación de la calidad de vida y al bienestar social sin
agotar la base de los recursos naturales renovables en que se sustenta, ni
deteriora el medio ambiente o el derecho de las generaciones futuras a
utilizarlo para satisfacción de sus propias necesidades13
En tal sentido, los dos grandes problemas ambientales son:
1. El agotamiento de
los recursos puede llegar a ser irreversible, y para evitarlo se trabaja
promoviendo actividades humanas / negocios que sean sostenible.
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