Negocios Verdes, la revolución de los negocios en el siglo XXI

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16/9/19


EL BIOCOMERCIO Y LOS MERCADOS VERDES: UNA APROXIMACIÓN CONCEPTUAL Y SU RELACIÓN CON LOS NEGOCIOS VERDES


José Fredys Rivas Quinto 
Consultor Negocios Verdes


Resumen


Las iniciativas relativas a la generación de bienes y servicios amigables con el ambiente han generado un cúmulo de actividades cuyos nombres a veces mueven a confusión en el argot popular, en los espacios académicos y en los círculos de negocios. Fundamentalmente debe entenderse que cuando nos referimos a mercados verdes, no nos estamos refiriendo a un producto, sino a consumidores, a espacios, escenarios y a las relaciones de oferta y demanda movidos por una preferencia ambiental o permeados por un atributo ambiental.

La referencia a Biocomercio, apunta a una actividad productiva basada en el uso, aprovechamiento y comercialización de productos derivados de la biodiversidad, sin importar los atributos de buen desempeño ambiental; la carga significante de sostenible, viene dada con la aplicación de criterios de sostenibilidad y entonces, pasa a denominarse Biocomercio Sostenible, lo cual involucra atributos de desempeño ambiental. Resultado clave entender estos conceptos en el marco de los negocios verdes.

Palabras claves: Mercados verdes, negocios verdes, sostenible, Biocomercio, bionegocios, consumidores, tecnologías verdes.

1.    Introducción


Los negocios verdes son la nueva forma de intercambio de bienes y servicios que está tomando los mercados mundiales. No hay duda que su evolución en los últimos 20 años nos habla de una poderosa fuerza motriz que los empuja más allá de los negocios tradicionales. Los mercados han

sido permeados por lo verde; esta es la ola más grande de negocios en la historia, se aproximación un inundación de productos verdes al mercado mundial.

En la actualidad los negocios de las exigencias ambientales como lo llaman algunos analistas (Harry Clark, 2007), los negocios amigables con el ambiente, los negocios de la valoración y aprovechamiento sostenible de la biodiversidad y los ecoproductos industriales han recorrido un camino con resultados tan asombrosos que analistas como Asumadu Kwame (1998) no dudan en denominarlos la industria más importante del Siglo XXI. Otros como el analista Gianni López, (2002) nos comentan: “ Los líderes de las grandes corporaciones globales coinciden en que los retos más importantes que tendrán que enfrentar durante el presente milenio estarán asociados a la sostenibilidad ambiental. Así mismo, muchos analistas predicen una revolución de recursos, donde la eficiencia financiera no será en único indicador de progreso de las Naciones del Mundo y el criterio de efectividad de las economías no será determinado por las bolsas de valores o las reservas monetarias, sino por la calidad de su capital natural ” (Gianni López, 2002).

Ante el imperativo de desarrollar negocios amigables con el ambiente, reviste gran importancia considerar el tema del Biocomercio sostenible, puesto que trata directamente con la base natural en que sustenta la vida; a saber el comercio de bienes y servicios derivados de la biodiversidad.

Este documento pretende hacer una aproximación al Biocomercio sostenible, en tanto que explora el mercado al cual van los productos derivados del Biocomercio sostenible, dicho mercado se conoce como Mercado Verde. Sin embargo, es preciso anotar que los mercados verdes van más allá de ser espacios de comercialización de productos del Biocomercio, y abarcan otras categorías de los negocios verdes, como  son los ecoproductos industriales. Por ello también, el documento hace una aproximación conceptual lo más ponderada posible al tema de los Mercados Verdes.


2. MERCADOS VERDES

     2.1.       El concepto de mercado

Connotación 1 Mercado Plaza. El mercado puede entenderse como plaza, es decir, el espacio donde consumidores y oferentes interactúan para satisfacer sus necesidades. Es una definición primaria de mercado, por ello decimos “vamos al mercado a comprar”, es decir vamos al espacio

donde se pueden conseguir los productos. En este caso, es posible ir al mercado y no conseguir un producto, puesto que el mercado es espacio donde se vende.

Connotación 2. Mercado como sociedad en general: Este concepto indica que el mercado es la sociedad, con sus organizaciones, empresas y personas en general, que demandan bienes y servicios. El mercado aquí se entiende como el conglomerado social.

Connotación 3. Mercado persona. Otra connotación más específica sugiere que el mercado son las personas a las cuales va dirigido un producto. Por ejemplo el caso del mercado financiero. En el cual los compradores/clientes acudimos a adquirir un producto; nosotros somos el mercado.


2.2. El concepto de lo verde


Lo verde se refiere a aquello que es amigable con el ambiente y la salud humana,el termino se refiere al pigmento de las plantas, lo cual evidencia su estado saludable de la condición natural, de ese modo cuando el común de las plantas conservan su pigmentación verde (clorofila), están naturalmente bien, de hecho la primera afectación que sufren las plantas al ser dañadas y deterioradas es perder la coloración verde. Por ello verde es sinónimo de vida, de lo natural. Cuando lo verde no está las plantas en general se secan.

Verde es una condición de los seres de natura, pero la carga significante de verde, también se aplica proactivamente para denotar a aquello que hace posible y facilita la conservación de la condición verde de las cosas naturales, es decir la vida; de esa manera si una tecnología hace posible que un bosque mejore su funcionalidad esta tecnología es verde, si una tecnología evita el vertimiento de residuos sólidos que dañan cuerpos de agua y con ello todo el equilibrio de natura, entonces dicha tecnología es verde. Si un producto ayuda a conservar los humedales donde florece la vida, nacen, crecen y se desarrollan seres, ese producto es verde.

Todos los bienes y servicios etiquetados bajo el concepto de la amistad con el ambiente, se les atribuye la categoría de verdes.


2.3. Aplicando el concepto de mercados verdes

Mercados verdes en la connotación inicial es un escenario virtual o real donde se dan citan compradores y vendedores de un bien/servicio con atributos verdes para transarlo. La condición de verde la tiene el sitio, pero en virtud de los productos que allí se venden, si los productos no fueran verde, solo podría llamarse mercado o plaza de mercado, de hecho en algunos países se realizan eventos conocidos como Plazas de Mercados Verdes.

Tomemos como referente el mercado financiero. En lo que respecta a dicho mercado, es preciso indicar que estos se componen de un mercado bursátil –o mercado de capitales a largo plazo-  (las  Bolsas  de  cada  país), de un mercado monetario y de un mercado de cambios
  o mercado de capitales a corto y medio plazo-, de un mercado de tasas de interés, de un mercado de materias primas y de un mercado de productos derivados.

Cuando decimos que una empresa va a poner sus acciones en el mercado bursátil, nos referimos a que las acciones de dicha empresas serán puestas al alcance de compradores que tienen conciencia y claridad bursátil para adquirir acciones, en tal sentido, ellos son los destinatarios de productos financieros en este caso bursátil. Por comparación, esa es nuestra percepción cuando decimos mercados verdes, en sentido de entender que el mercado es el conglomerado al cual va dirigido el producto (consumidores con conciencia de lo verde.)

El mercado verde se refiere a los consumidores con conciencia ambiental (verde) que adquieren productos verdes. Este tipo de consumidores constituyen el mercado al cual van dirigidos los bienes y servicios con atributos ambientales. Por ello se llaman mercado verde, pero al haber tantos productos verdes, también hay diversos consumidores o mercados verdes. Es decir, mercados verdes se llaman a los destinatarios de productos verdes.

Es pertinente anotar que en los mercados verdes se transan cualquier producto cuya amistad con el ambiente sea evidente, no importa si su origen es de la biodiversidad o de fuentes tecnológicas  propiamente dicha (tecnologías verdes) puede tratarse de productos que mejoren la eficiencia ambiental, y en tal caso aplican para ser considerados productos verdes, con opción de comercializarse en un mercado verde, entiéndase el grupo de consumidores destinatario de dichos productos.

El mercado también puede analizarse como una abstracción que resulta de analizar la dinámica de oferta y demanda, en esta connotación entendemos mercados verdes como evento de interacción de actuales y

potenciales productores y consumidores de bienes y servicios que tienen algún atributo ambiental (Léase verde). De esa manera mercados verdes vendría siendo una dinámica de intercambio de bienes y servicios con ventaja ambiental.

Bajo esta interpretación, “el mercado financiero” por ejemplo no serían los vendedores de acciones ni los compradores en particular, sino que estos serían operadores del mercado, y en esencia el mercado sería una abstracción que se forman únicamente cuando interactúan oferta y demanda, es decir esa dinámica es la que crea el mercado. Así las cosas en esta interpretación el mercado verde se da en cuanto existan proveedores de productos verdes y compradores de tales bienes.

¿Pero podría darse el caso que haya compradores - o mejor un público dispuesto a comprar un producto verde sin que existan productores?, si la respuesta es afirmativa aplicaríamos la segunda interpretación, es decir, existe un mercado, un público pendiente de productos verdes, aunque no existan productores de tales bienes, ello sucede con muchas tecnologías verdes que aún se esperan para resolver problemas ambientales que en la actualidad parecen insolubles; en tal caso, ya hay mercado verde (conglomerado de personas dispuestas a comprar productos con atributo ambiental) para esas tecnologías, pese a que nadie las está ofertando


2.4. Fuerzas impulsoras de los mercados verdes


 Los mercados verdes se desarrollan en el marco general de los negocios verdes; en tal sentido, las fuerzas impulsoras de tales mercados en el siglo XXI son:

q  La acción de los gobiernos
q  La acción de los consumidores
q  La acción de los innovadores y emprendedores

2.4.1.        La acción de los gobiernos

 Los gobiernos tienen gran incidencia en el desarrollo de los mercados verdes, tanto a nivel nacional, como a nivel internacional; a través de cumbres mundiales (Estocolmo, 1972; Janeiro, 1992; Kioto, 1997; Johannesburgo, 2002; Rio + 20, 2012) han generado acuerdos y protocolos tales como: Montreal y Kioto, entre otros que han activado un flujo importante de bienes y servicios ambientales; estas acciones han sido promovidas por la acción de los gobiernos a nivel internacional.

A nivel local los gobiernos estructuran leyes, reglamentos y normas adoptados por las empresas e individuos que a la postre derivan en bienes y servicios con ventajas ambientales.

2.4.2.        La acción de los consumidores

Los consumidores han adquirido un poder inusitado, el espacio ganado en la sociedad es cada vez mayor. Consumidores empoderados con las herramientas tecnológicas y el poder de convocatorias que les facilitan las redes sociales, hacen causa común para movilizar masas en favor de un objetivo mundial basado en la ética y en lo correcto.

Atrás están quedando los días en que las empresas sacaban sus productos inconsultos al mercado, sin importarle un “bledo” los planteamientos del conglomerado social; en la actualidad una convocatoria en redes sociales puede hacer tambalear gobiernos y cerrar empresas; Gary Vay, en su libro titulado la economía de la gratitud (2012) nos comenta del poder que tienen los consumidores en la nueva dinámica de las redes sociales; “estamos ante la oportunidad de conectar realmente con los clientes, de escuchar lo que quieren, lo que piensan, lo que sucedió, cómo funcionaron nuestros productos, o como no funcionaron”1 . En tal sentido, llama la atención la presentación del libro de Gary, editado por Aguilar (2012); en dicha presentación, resumiendo el planteamiento de Gary, la editorial comenta: El internet le ha regresado su voz a los consumidores, y el tremendo poder que tienen sus palabras y opiniones en las redes sociales significa que las compañías y las marcas deben competir en un nivel muy diferente al que normalmente lo hacían.

Caso 1: Abejas afectadas por pesticidas en Europa

Después de más de dos años de incansables campañas, hemos jugado un papel clave para lograr que Europa prohíba los pesticidas que están matando a las abejas, ¡al menos hasta 2015! Esta victoria se produjo tras dos años de inundar a los ministros con mensajes, impulsando una petición masiva con más de 2,6 millones de firmas, lanzando encuestas de opinión, organizando protestas con los apicultores y una abeja inflable de 5 metros de altura, capturando la atención de los medios y más, mucho más.

Ha sido un largo camino de enfrentarnos a poderosas mega- corporaciones como Bayer, y no habría sido posible sin la colaboración de muchos científicos, especialistas, oficiales empáticos, apicultores y ambientalistas. Según la organización Friends of the Earth: "la petición masiva y las creativas campañas de Avaaz ayudaron a llevar esto al límite". Fuente. http://www.avaaz.org/es/

Sin embargo, el poder de los consumidores no solo radica en la capacidad de convocatoria que le proporcionan las redes sociales y la internet; sino que dicho poder se hace evidente por la información con que cuentan ahora; el consumidor bien informado tiene un poder que las empresas no se imaginan, y apenas comienzan a dimensionar; por ejemplo Daniel Goleman (2008) en su libro Inteligencia Ecológica habla de esto; al comentar cómo la información oportuna en manos de los consumidores hizo posible desterrar las grasas trans de la cocina y la mesa inicialmente de los Norteamericanos y después de gran parte de la población mundial.

El poder de los consumidores ha ido incrementándose a medida que las tecnologías de la información y las comunicaciones se democratizan; los días venideros, sin duda nos traerán nuevas dinámicas en las cuales los consumidores podrán consultar la trazabilidad y la cadena de valor o desvalorización de un producto con tan solo pasar su código de barras por una maquina como ocurre hoy con los precios de los alimentos en los supermercados. No está lejano el día cuando a través de una pantalla podamos consultar el ciclo de vida de un producto, y ver si este es compatible con la filosofía de aprovechamiento efectivo de residuos, llamada Cradle to Cradle (de la cuna a la cuna) en la cual nada se desecha, todo se aprovecha.

Entonces es pertinente relevar la importancia de los consumidores como fuerza impulsora que mueve dinámicas económicas para que la producción de bienes se haga en un marco de sostenibilidad, como es el caso los usos y aprovechamiento de la biodiversidad realizados a través del Biocomercio.


2.4.3.  La acción de los innovadores y emprendedores

Los grandes emprendedores e innovadores son capaces de crear productos que son soñados por los idealistas y románticos; el concepto del desarrollo sostenible, sería pura poesía y prosa romántica si no existieran creadores e innovadores que hicieron posible tener ciudades más amigables con el ambiente, energías renovables, limpias y sostenibles al servicio del conglomerado social.

Son los emprendedores e innovadores los que crean productos nuevos o le dan aplicaciones nuevas que son útiles desde el punto de vista de la amistad con el ambiente; y el asunto es tal que por ejemplo, hoy ya estamos hablando de una mezcla de la tercera ola (tecnologías de la información y las comunicaciones, y una industria basada en el conocimiento) con la sexta ola (negocios verdes, la producción de bienes y servicios amigables con el ambiente).
Este punto de encuentro que genera una sinergia enorme, es descrito por Juan Caracoche (2013) en un artículo titulado “las ventajas ambientales de moverse en la nube” el autor comenta que “las empresas en general están interesadas en adoptar un modelo de negocio lo más "verde" que se pueda, que consiste, en pocas palabras, en optar por soluciones tecnológicas que impacten lo menos posible en el medioambiente” En consecuencia - como lo plantee en mi libro negocios verdes (2012), y lo presenté en una conferencia dictada en Ecuador (Babahoyo, Julio, 2013) en el marco del Congreso Sudamericano de Agricultura Sustentable) - se genera un punto de encuentro entre la tercera y la sexta ola para hacer posible reducción de consumo de recursos y aprovechamiento de oportunidades para mejorar el medio natural. A esto se refiere el autor Juan Caracoche (2013)2 cuando afirma “… las tecnologías de la información pueden contribuir a este desafío global. Por ejemplo, el cloud computing y la virtualización de los procesos están cambiando la “cultura empresarial” haciéndola “más verde” ya que facilitan la adopción de iniciativas como la "oficina sin papel", que logra reducir el consumo de energía invertida en la producción e impresión de papel, y la "oficina virtual", que se desarrolla gracias a las soluciones basadas en la nube, e incide en una merma en la producción de residuos, entre otros efectos”.

Es en virtud a la labor de emprendimiento e innovación que realizaron personas como Bill Gates y Paul Allen (Microsoft), Larry Page y Sergey Brin (Google Inc.), Mark Zuckerberg (Facebook), Niklaz Zennstrom y Janus Friis (Skipe), Steve Jobs y Stephen Wozniak (Apple Computer), José Carlos Norte, Alejandro Fiestas, Marc Cercós, Daniel Gil, Pau Garcia-Milà, Pol Watine (Cloud Computer), que hoy podemos tener soluciones virtuales/en línea, que ahorran viajes, reuniones y consumo de recursos que podrían tener impactos negativos al ambiente; sin embargo, es preciso también preocuparse por el impacto de las tecnologías del hardware asociada con su consecuente obsolescencia programada, que impacta la generación de basura tecnológica.


Sin embargo, los emprendedores e innovadores no agotan sus acciones en productos y servicios de las TICs sino que la mayoría de los emprendimientos se orientan a tecnologías duras (maquinarias, artefactos, equipos) cuyo desempeño es amigable con el ambiente; a la elaboración de productos con atributos ambientales.

En verdad son los emprendedores e innovadores ambientales, los que mayor empuje realizan a los negocios verdes, pues son ellos los que hacen realidad el sueño de consumidores, las exigencias de los gobiernos y la esperanza de la humanidad, en que algún día todos los productos y procesos sean amigables con el ambiente.


3. Biocomercio sostenible

3.1.       Aproximación al concepto del Biocomercio

Para remontarnos al pasado del biocomercio, es necesario saber de qué estamos hablando, a cual connotación de biocomercio queremos remontarnos; en este caso, conviene usar la que se forma con las raíces griegas y latinas respectivamente, para ir más atrás en la historia.

 Bio: Es una palabra de origen griego (βιο), significa vida. La palabra como  prefijo en algunos casos se usa para denotar especies vivas que conforman la diversidad vida

Etimológicamente la palabra comercio proviene de las raíces latinas: CUM que significa juntamente y MERX, mercancía, derivado de MERCOR, comprar y vender. Equivale al traspaso de cosas materiales, de persona a persona.

Ampliando el concepto: El comercio es la actividad económica de intercambiar bienes, valores, servicios y conocimientos entre dos o más personas, en una sociedad donde se compra, se vende o se cambia mercaderías que han sido producidas para el consumo. Así su origen se vincula al latín commercium, cum (con) merx (mercancía). Al juntar las raíces griegas y latinas tenemos bio (vida, especies naturales) + cum merx (comercio de mercancías. Lo cual deriva en que biocomercio signifique comercio de mercancías/bienes que tienen su directa derivación de especies naturales. De esa manera biocomercio es una palabra acuñada al español, cuyo origen es grecoromana.

Según los comentaristas y estudiosos del tema del biocomercio éste se acuñó en el año de 1996, en virtud a que la IV reunión de las conferencias de las partes del Convenio de Diversidad Biológica, lo adoptó como tal, y sentó la definición oficial. A ciencia cierta no se conoce quien fue el primero en usar el término. Pero su uso se atribuye a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), quien fue la organización que presentó la iniciativa biotrade en ingles, conocida en español como biocomercio.

Esta aparición del término en la década del noventa, no implica que la actividad de biocomercio haya comenzado allí, el biocomercio es tan antiguo como las civilizaciones que establecieron el intercambio en la antigua Sumeria, Mesopotamia, los Caldeos, los Fenicios y los Egipcios, entre otros. Desde entonces se han realizado actividades de biocomercio; esto es evidente al responder la pregunta ¿Que se comercializa? Lo que tiene valor de uso y valor de cambio. Así las cosas desde la antigüedad los pueblos han usado el intercambio de bienes extraídos o procesados a partir de especies de la bio-diversidad.

Cuando se pregunta qué se comercializa, se puede tomar como referencia el caso de las especias, palabra que deriva del término latín "species”, que significa esencial, se refiere a productos naturales que eran y siguen siendo usados para cambiar el sabor de las comidas, para

conservar los alimentos, además como medicina natural, base natural de perfumería; y en muchas casos le son atribuibles propiedades místicas- sagradas, y hasta usos afrodisiacos.

Dentro de los productos naturales comercializados en la antigüedad de los cuales se advierte su evidente importancia socioeconómica, se mencionan las especias, los cereales, la seda y la madera.

El biocomercio se menciona en la biblia, el relato bíblico habla del comercio de los Ismaelitas (árabes descendientes de Ismael, el primer hijo de Abraham); el relato comenta acerca de los hijos de Jacob parientes  de los Ismaelitas “… Entonces se sentaron a comer, y cuando levantaron los ojos, vieron una caravana de Ismaelitas que venía de Galaad con sus camellos cargados de resina aromática, bálsamo y mirra, e iban bajando hacia Egipto3.

Era una típica actividad comercial de la antigüedad, en la cual mercaderes iban por el mundo comercializando productos con bajo volumen pero altamente costosos, entre estas las especias., la relación que tienen con el biocomercio es que estas provienen de especies naturales, en el texto citado arriba la mirra se refiere a una sustancia con alto concentración de perfume, muy valiosa en dicha época, y era extraída de un árbol de baja altura que tenía muchas espinas, encontrado principalmente en Arabia, aunque se reporta su existencia en África; en ambos en ambos casos provienen de especies de Commiphora (Burseraceae), Abyssinica y Commiphora molmol4.

El texto menciona que los mercaderes iban cargados de resina aromática, según algunos comentaristas5 se trata del incienso (es una resina  aromática que acostumbraba a quemarse en honor a Dios). Esta resina se extrae de dos árboles existente en Arabia y en la India, el Boswellia sacra de Arabia Felix, y el Boswellia papyrifera de la India, ambos pertenecientes a la familia de los Terebintios6.

Uno de los más notables acontecimientos del pacífico reinado de Hatshepsut fue una expedición naval a tierras somalíes de la que volvieron con mirra e incienso y también con marfil, ébano, pieles de pantera y oro, la exótica mercancía del interior de África. La expedición se conmemoró con relieves en el templo funerario de Hatshepsut en Tebas.

La economía egipcia era básicamente agrícola. Además de trigo, cebada y mijo, cosechaban frutas, legumbres, lino y algodón. Los egipcios compraban oro, plata, lapislázuli, turquesa, especias, pero sobre todo madera, escasa en Egipto. El comercio exterior en Egipto era considerado

empresa estatal; importación de madera de Biblos, para vigas y barras; de incienso y mirra de Punt, en la costa somalí y de oro, ébano y marfil de Nubia; estas transacciones se hacían generalmente bajo el modelo de trueque a cambio del trigo egipcio. De hecho los registros del antiguo testamento bíblico comentan (Génesis: 41: 57) que José7, un Gobernador en Egipto organizó una logística de almacenes desde donde suministraba trigo a las demás naciones, consolidando así una fuerte relación biocomercial8 con otros países.

Los registros también hablan del comercio de la nación de Israel con sus vecinos de Egipto, Sidón, Tiro y el Líbano, sitio de cual trajeron las mejores especies forestales de pino y cedro9. De hecho la construcción del templo de Salomón dinamizó el comercio con los países vecinos de tal modo que se dieron alianzas internacionales de gran envergadura, según el registro bíblico Hiram rey de Tiro y Salomón pactaron un acuerdo de libre comercio en el cual no solamente se movía las materias primas sino también otros factores de producción como el capital10 y la mano de obra11.

Una de las actividades de Biocomercio más ampliamente conocida en la historia se llamó la ruta de la seda, esta consistió en un itinerario que en la antigüedad unió los imperios romanos y chinos, a través de un camino que posibilitaba el comercio de los productos derivados de recursos naturales desde el lejano oriente hasta occidente, intercambiando especialmente seda, cuyo consumo en Roma era considerable.

Se dice que la Roma del siglo primero consumía anualmente 2.800 toneladas de olíbano y 550 toneladas de mirra. Según ciertas fuentes, el emperador Nerón gastó en el año 54 E.C. el equivalente a 100.000 dólares para aromatizar una fiesta: unos tubos ocultos en los comedores esparcieron sobre los invitados vapores de agua perfumada. Por su parte, los chinos empezaron a usar las fragancias a partir del siglo VII E.C., y hasta fabricaron unas bolsitas olorosas. En la Edad Media, la cultura islámica ya utilizaba los perfumes, sobre todo la esencia de rosas (buscar fuente).

En la Edad media se desarrolla más el comercio de las especias y las medicinas drogas, y con ellas de las plantas medicinales, y, su difusión se ve incrementada.

En el último tercio del siglo XIX en Alemania y en Inglaterra se llegan a establecer, casi simultáneamente, procesos para sustituir el carey y el marfil, productos naturales de origen animal y consiguientemente escasos.

En las 3 últimas décadas del siglo XX se hizo evidente la importancia de la biodiversidad en el delicado equilibrio de la vida, y en su rol como

proveedor de diversas materias primas para elaborar productos para la industria alimenticia, nutracéuticos y farmacéutica.

La connotación de lo ecológico/orgánico-sostenible para biocomercializar, le da nuevo aire a una actividad que existía hace mucho tiempo, sin embargo, aun con el advenimiento de la carga significante de lo ambiental, se ha llamado biocomercio a aquella actividad que produce y comercializa bienes que llevan implícito lo ecológico y lo sostenible, lo cual no es apropiado etimológicamente, puesto que habría que añadirle otro elemento significante que lo redefina, porque el biocomercio hace mucho tiempo que se practica, aunque la frase que se usa actualmente sea nueva, la actividad del biocomercio es antigua; si con biocomercio se quiere denotar la actividad de comercializar productos de la biodiversidad que sean producidos bajo criterios sostenibles/ecológicos, convendría utilizar una categoría más avanzada del biocomercio, que en Colombia se ha llamado biocomercio sostenible.

Sin embargo, yendo al origen del término solo podría llamarse Biocomercio a la comercialización de bienes y servicios derivados de la biodiversidad; sin embargo, al introducir el concepto sostenible, no es viable que este término solo signifique comercialización de bienes y servicios derivados y basados en la biodiversidad, puesto que la sostenibilidad de estos no se puede suponer a menos que se haga la trazabilidad y el termino también abarque todas las actividades desde la producción, procesamiento y comercialización.

En referencia a esto Rivas (2010), dice: para que un producto sea considerado amigable con el ambiente debe reunir las siguientes características

1.       Que las materias primas tengan su origen en fuentes sostenibles – ecológicas. Esto se relaciona con aspectos de la producción primaria.

2.       Que el proceso de obtención sea amigable con el ambiente. Esto se relaciona con actividades producción y de transformación.

3.       Que los productos en sí mismo, en lo que respecta a su funcionalidad, sean ecoeficientes y en su ciclo de vida no representen peligro al momento de operar y ser dispuestos finalmente, y que puedan ser usados para otra industria continuando el  ciclo  de  la  cuna  a  la  cuna,  que  proponen  Michael  Braungart y William McDonough y que comenta Daniel Goleman en su libro inteligencia ecológica., es decir que el producto en su ciclo

de vida siga siendo útil a otro proceso y no afecte el medio natural por su disposición final.

Tal vez ello explique la definición de Biocomercio adoptada por la UNCTAD en su propuesta a la Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica en el año 1996; según el cual Biocomercio : “… se refiere al conjunto de actividades de recolección y/o producción, procesamiento y comercialización de bienes y servicios derivados de la biodiversidad nativa (especies, recursos genéticos y ecosistemas), bajo criterios de sostenibilidad ambiental, social y económica”; no obstante, es preciso indicar que esta definición corresponde es al Biocomercio sostenible, y no al Biocomercio propiamente dicho.

Cuando se toma Biocomercio como lo planteó la UNCTAD se está aludiendo a la carga significante que tiene dicha palabra para muchas personas en los contextos pro-ecologistas y ambientalistas, o en el mejor de los casos se emplea para validar un programa que desde la institucionalidad plantea una iniciativa para ser implementada por los países en virtud de la estrategia BIOTRADE de la UNCTAD; pero si por Biocomercio se quiere entender el significado de una actividad comercial amigable con el ambiente, necesariamente debe usarse mejor el término Biocomercio sostenible.
  

3.1.1.        ¿Porque razones el biocomercio debe ser sostenible?

 Los dos grandes problemas ambientales que tiene que resolver el ser humano están asociados directamente al desarrollo sostenible: “aquel permite satisfacer las necesidades de las generaciones presentes – sin agotar las bases en que sustenta – sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias”12 otra definición similar es aquella que dice que el Desarrollo Sostenible es el que conduce al crecimiento económico, a la elevación de la calidad de vida y al bienestar social sin agotar la base de los recursos naturales renovables en que se sustenta, ni deteriora el medio ambiente o el derecho de las generaciones futuras a utilizarlo para satisfacción de sus propias necesidades13

En tal sentido, los dos grandes problemas ambientales son:

1.    El agotamiento de los recursos puede llegar a ser irreversible, y para evitarlo se trabaja promoviendo actividades humanas / negocios que sean sostenible.

2.    La contaminación ambiental que deteriora la capacidad de la biosfera para prestar sus servicios ambientales y cumplir las funciones que hacen posible la vida; para evitar esta contaminación se promueven actividades que sean menos contaminantes o aquellos cuya contaminación se reduzca a cero.

Ambos problemas ponen en riesgo la salud y la vida humana, por eso su solución debería estar íntimamente ligada a los más altos intereses de los seres humanos.

Los negocios verdes pueden se explicados desde el punto de vista de las actitudes humanas frente el ambiente. Estas actitudes son pasividad, reactividad, preactividad y proactividad.

Para efectos de categorizar los negocios verdes, en forma genérica se puede decir que los que apuntan a resolver el problema del agotamiento de los recursos de la biodiversidad para garantizar que las próximas generaciones tengan disponibilidad de recursos se pueden clasificar dentro de los bionegocios sostenibles. Por otro lado, los que están orientadas a recuperar y mantener la capacidad de la biosfera para cumplir las funciones que garantizan la vida se categorizan como Econegocios, negocios con sentido ecológico/responsabilidad ambiental.

El Biocomercio sostenible por su parte se inscribe en la categoría de bionegocios sostenible. Una gama de negocios basados en la biodiversidad que promueve el uso comercial de los derivados de la diversidad, pero teniendo como plataforma un criterio ético de proteger la base natural en que se sustentan estos negocios. En el trinomio naturaleza- ética y economía, se forma una figura llamada Negocios Verdes; de ello se deriva que quien practica el Biocomercio, lo hace en virtud a la sinergia: Economía-Ética-Naturaleza., allí descansa el concepto sostenible del Biocomercio. Por ello decimos Biocomercio Sostenible.



CITAS Y REFERENCIAS


1 Gary Vay Ner Chuk (2012). La economía de la gratitud, pags 21 -22. Editorial Aguilar, México.
2 Juan Caracoche (2013). Articulo disponible en
3 Génesis 37: 25. La nueva Biblia de los hispanos, versión de Lockman, 2005.
6 Basado en datos de la The Catholic Encyclopedia, Volume I
7 Destacado personaje de origen hebreo que según el registro bíblico asumió la Vicepresidencia en Egipto, cargo que se conoció como Gobernador de Egipto.
8 El término aquí se usa sin la carga significante de hoy. Era biocomercial, puesto que implica transar bienes
derivados de la bio-, la fuente natural de la vida-recursos naturales.
9 Ver 1 Reyes capítulo 5: versículos 6 y 8-10
10 Entiéndase aquí el principal producto de intercambio para la época, el oro.
11 Esta es una lectura que hace el autor al analizar como operaba la alianza que describe la biblia en el Libro de Reyes en el capítulo 5, 7 y 10.
12 Organización de Naciones Unidas. Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el desarrollo en 1983
13 Definición de la ley 99 de 1993, Colombia

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